La autorregulación es un componente fundamental de la función renal. Integra mecanismos intrarrenales intrínsecos que estabilizan el RBF y la tasa de filtración glomerular (GFR) durante los cambios en la presión de perfusión renal (RPP) en un rango definido.
¿Qué es la autorregulación renal?
INTRODUCCIÓN. La autorregulación del flujo sanguíneo renal (RBF, por sus siglas en inglés) es un mecanismo homeostático vital que protege al riñón de elevaciones en la presión arterial que se transmitirían a los capilares glomerulares y causarían lesiones.
¿Cómo se produce la autorregulación?
La autorregulación es una manifestación de la regulación del flujo sanguíneo local. Cuando el flujo sanguíneo cae, la resistencia arterial (R) cae a medida que los vasos de resistencia (pequeñas arterias y arteriolas) se dilatan. Muchos estudios sugieren que los mecanismos metabólicos, miogénicos y endoteliales son los responsables de esta vasodilatación.
¿Cuáles son los dos mecanismos implicados en la autorregulación de la TFG?
La autorregulación es necesaria para evitar cambios en la TFG y el RBF cuando la presión arterial varía abruptamente. Dos sistemas son responsables de la autorregulación renal: (1) un mecanismo miogénico y (2) un mecanismo de retroalimentación tubuloglomerular.
¿Cuáles son los 3 aspectos de la autorregulación?
Respuestas miogénicas, dependientes del cizallamiento y metabólicas en la autorregulación. En la figura 2 se muestra el flujo normalizado en función de la presión arterial para varios casos diferentes.